Pautas para preparar tus examenes
Por El Equipo de Educaia
Se acerca la fecha del examen y es importante fijar algunas pautas para evitar agobiarse y optimizar el estudio. Más allá del tiempo es importante que el estudio sea de calidad. Para poder absorber esos conocimientos es necesario estar bien descansado, estable emocionalmente y concentrado.
Una buena práctica es preparar una rutina de estudio. Es imprescindible centrarse en la que mejor funciona para uno. Usar experiencias anteriores y un ejercicio de introspección es clave. Hay muchas rutinas distintas pero asegurarse de establecer tiempos de descanso y elegir los momentos del día en qué mayor rendimiento se tiene y respetar esa rutina
Intentar dividir las sesiones de estudio en bloques temáticos con un tiempo asignado para cada uno es importante. A cada persona le resultan distintas técnicas. Algunas de ellas son: hacer resúmenes, mapas mentales o practicar con exámenes anteriores. Elegir una técnica que permita retener mejor la información y a familiarizarse con el formato de las pruebas es una buena práctica.
Dependiendo del tiempo, se debe establecer un calendario de estudio sensato con metas realistas. La planificación debe permitir cubrir todos los temas, revisarlos y tener en cuenta un día de descanso antes de la evaluación.
Utilizar técnicas de gestión del tiempo, ser flexible y establecer prioridades es una buena idea. Al finalizar los bloques de estudio, es importante dedicar un tiempo para organizar los próximos pasos y ajustar la planificación. Debemos asegurar haber cubierto todos los temas, dejar algunos días para revisarlos y celebrar los logros. Confiar en uno y mantenerse fuerte emocionalmente va a permitir que te desempeñes mejor.
La calidad de estudio debe tener en cuenta el descanso. A cada persona le sirven distintas técnicas. Algunas son, dormir entre 7 y 8 horas, descansar entre 5 y 10 minutos entre cada tarea y hacer ejercicio, meditar o intentar despejar la mente de cualquier otra forma
Por último, tomarse un tiempo cada día para reflexionar sobre las emociones e intentar aplicar técnicas de gestión emocional que mejor se adapten a uno es muy útil. Compartir los sentimientos con amigos, familiares o compañeros de estudio puede ayudar a sentirse apoyado y a obtener una perspectiva diferente sobre los desafíos emocionales.
Ahora sí, estás listo para empezar a estudiar para tu examen. ¡Mucha suerte!